“Y esta criatura es siempre una hechicera- creadora, una diosa de la muerte, una doncella que desciende o cualquier otra personificación. Es al mismo tiempo. amiga y madre de todas las que se han extraviado, de todas las que necesitan aprender, de todas las que tienen un enigma que resolver, de todas las que andan vagando y buscando en el bosque en el desierto. Puesto que al principio de la recuperación de nuestra relación con la Mujer Salvaje, ésta se puede esfumar en un instante. al darle un nombre podemos crear para ella un ámbito de pensamiento y sentimiento en nuestro interior. Entonces vendrá y, si la valoramos, se quedará”.
Clarissa Pinkola Estés